sábado, 3 de noviembre de 2007

La puntita de Jorge Sasia

Pinochet: Un Capitàn General muy ahorrativo en un paìs con alzheimer.-
Lo conocí personalmente en la Feria del Libro de Juan Aldea en la calle Miraflores. Yo presentaba mi novela No Hay Pichintùn que Dure Cien Años y pasè a dar las ùltimas instrucciones antes que la librerìa abriera al pùblico tipo 08.00 A.M. En eso estaba cuando Juan Aldea me tocò el hombro dicièndome que necesitaba que autografiara un ejemplar. Al darme vuelta lo encontrè de frente con un ejemplar de mi libro en su mano izquierda y la derecha tendida para saludarme.
Quedè inmòvil un instante dado que el tema del libro tenìa mucho que ver con èl y su dictadura. Lo saludè mientras pensaba que ese ejemplar quedarìa seguramente en la biblioteca del Capitàn General aùn màs allà de su muerte.
Pinochet vestìa de civil con terno azul corbata roja con la infaltable perla para sujetarla con la camisa. Me dijo que tenìa todos mis libros anteriores y que gustaba de mi estilo debido al humor con que trataba los temas, humor que en ese instante no apareciò.
Tomè el ejemplar y escribì " al colega Augusto Pinochet de Jorge Sasìa. Lo cerrè y se lo devolvì. Mientras me daba las gracias lo abriò en donde estaba la dedicatoria, sonriò y se despidiò amablemente, dicièndome " en Chile hacen falta personas como usted con tal sentido del humor".
La novela desarrollaba la historia de un mulitar que habìa llegado a dictador y que luego sufrìa un atentado, del cual salìa ileso en un lugar llamado El Duraznal, al lado de uno de los dos rìos que cruzaban la capital de Pichintùn, que al perder un plebiscito entregaba el mando y terminaba muriendo de muerte natural en su fundo al sur de la Capital.
Corrìa el año1985, a casi dos del atentado contra su vida en al Melocotòn.
Cuando ocurriò el fallido acto del Frente Patriòtico temì que me acusaran de inspirador ideològico y que hubiera represalias en mi contra.
Pero no pasò nada.
Años despuès supe que algunos agentes del aparato represivo del estado chileno me tenìan en la lista para eliminarme y que al saberlo Pinochet habìa ordenado " a Sasia dèjenlo tranquilo ", gracias a lo cual quedè fuera del listado en esa ocasiòn como tambièn cuando eliminaron a los profesores Natino, Guerrero y Parada, los tres compañeros de pàgina en la revista Cauce en donde mantenìa mi secciòn " El Humor es Cosa Seria ".
Cuando falleciò en el Hospital Militar la madre del Capitàn General lo encontrè saliendo de la UTI, lugar donde yo visitaba a Sergio Silva. Con semblante màs serio pero amable me saludò preguntàndome si habìa sacado otro libro.....(continuará)

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