viernes, 15 de octubre de 2010

Mineros descorchados

La suerte es cosa viva. Partió con réplicas del terremoto en el año del bicentenario falso, continuó con el mundial de fútbol de Sudáfrica, reaparecieron las reivindicaciones mapuche y su huelga de hambre, casi ignorada por la crónica de un derrumbe anunciado, en la mina San José, y el rescate.
Ya no se parece solo a Krosty, también a Chávez por su incontinencia oral.
Y empezaron a salir mineros desde el fondo; los que continuaron saliendo de madrugada, durante todo el día y parte de la noche.
¡Qué manera de salir mineros!
Los que no salieron, fueron aquellos aborígenes hechos mineros por curas europeos para que sacaran oro del Marga Marga, o de Calera de Tango, y que luego la historia sepultó para siempre.
Tampoco salieron los mineros atrapados en los pirquenes de Lota, de Lebu.
Y en socavones anónimos en distintas regiones del país. Y definitivamente no salió ninguno de los 32 mineros muertos en accidentes del trabajo en lo que va de año.
Se quedaron en el fondo de la memoria colectiva, avergonzados tal vez por el repugnante show de Él y su séquito, quienes cual dioses populacheros, se
apropiaron de la parte buena, del filete, dejando enterrados los millones extraídos para beneficio de unos pocos.
En el fondo de la Mina San José se quedaron el pudor y la dignidad oficiales.
En los últimos 12 días han muerto dos mineros; uno cerca de Longotoma y otro en el cerro La Tenca al lado de Petorca. Mal momento para morir el de estos dos mineros, que apenitas mencionan en la prensa nacional, embriagada por el festín del rescate de los 33.

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